"El storyboard, la animación antes de la animación" Juan Padrón

Con gran derroche de carisma, un gran sentido del humor y una personalidad suave y amable, Juan Padrón, considerado el padre de la animación cubana, llevó a cabo su conferencia “El storyboard ó el guión animado: la animación antes de animar”, abordándola desde un punto de vista más anecdótico, recordando algunas de las caricaturas emblemáticas de Cuba que ha creado, como Elpidio Valdés, considerada una tradición cultural de las generaciones que lo han visto desde su creación, en 1970.
Comentó que se le ha cuestionado si Elpidio Valdés era considerado el Mickey Mouse de Cuba, y responde que más bien, piensa en él como el Ásterix cubano. Añadió que las influencias de la animación en Cuba son eclécticas, al ser transmitidas en los cines tanto las caricaturas de la Warner Brothers como la animación y el cine soviético y húngaro.
Recordó que él empezó haciendo historietas de vampiros y samuráis, además de la serie de “los Verdugos”, otra de piojos, y de ahí comenzó con los guiones para dibujos animados. Con eso como base, logró hacer su primera película, e inmediatamente le rechazaron seis, para después realizar otras ocho más, y convertirse así en un consolidado director. Actualmente, se le ha nombrado como el director hispanoamericano de dibujos animados más relevante en la historia del cine.
En relación a los softwares que facilitan la animación hoy en día, “les llaman el arte eléctrico, si no tienes electricidad, no tienes internet, no tienes el 3D, sin embargo, con la animación tradicional puedes hacer lo que quieras, y sólo necesitas este plumón”.
A propósito de lo anterior, explicó a detalle una serie de técnicas que se utilizaban en la animación cuando los procesos eran completamente análogos. Por ejemplo, expuso que para pasar un dibujo a una cinta se necesitaban de diversos aparatos para sujetar los papeles que contenían los dibujos, una cámara para filmarlos fotograma por fotograma, así como el proceso de tinte y la animación de un personaje sobre una lámina transparente, dejando ver un fondo estático, casi siempre inmutable.
Sin embargo, Juan Padrón no se declara enemigo de los nuevos programas de animación y edición, y alega que es “como decirle a un poeta que sólo puede escribir poesía usando una pluma de ganso y un tintero”.
Finalizó entrando en materia del manga japonés, la técnica de moda, a la que tachó de repetitiva. Argumentó que en sus inicios, el manga llamó la atención por ser algo distinto, sin embargo, hoy en día, la mayoría de las series comparten muchos rasgos, como los personajes y sus ademanes. Con el carisma que lo caracteriza, se tomó el tiempo de responder a otras preguntas de los asistentes, e incluso realizó algunas caricaturas en playeras y posters.